Loathe “I Let It And It Took Everything”



Intentando trascender a su escena.




Ha ocurrido muchas veces y seguirá ocurriendo. Siempre aparecerán formaciones que, antes o
después, con más o menos pericia, mayor o menor justificación artística, intentarán trascender
a la escena en la que nacieron. Ese es el caso de los ingleses Loathe, joven formación que
arrancó dentro de un estilo que tuvo sus días de esplendor hace lustros, el metalcore.
Necesitaron dos discos para recorrer los escasos recovecos del género y casi un cinco años
para sentir necesario un gran paso hacia delante.

Los de Liverpool han publicado su tercera obra de estudio, “I Let It And It Took Everything”, y
en ella, ahondan en la interesante idea de trascender a los ecos obsoletos del metalcore. La
base del arriesgado movimiento es centrarse en todo aquello que haya resultado atractivo
dentro del metal a lo largo de las últimas dos décadas, explotarlo y plasmarlo como si fuera
propio.

Obviamente, la selección de ingredientes es arbitraria pero, en el caso de Loathe, hay que
agradecer el esfuerzo aún partiendo, en ocasiones, de lugares tan desapacibles como el nu
metal. Metalcore, nu metal, shoegaze, pop independiente e incluso alguna pincelada black
metalera son las premisas sobre las que Loathe ha tratado de sentar las bases no ya de su
nuevo discurso, si no de un nuevo discurso en general.

El resultado es más que respetable pese a que cuesta quitarse de la cabeza la idea de que no
hace más que copiar a los Deftones más atmosféricos y melódicos. Una vez se profundiza en el
disco, una vez se empieza a ver más allá de Deftones, el disco empieza a ganar riqueza.
Preludios e interludios enriquecedores, potencia y energía equilibradas con la sensibilidad y las
capas acolchadas de sonidos cálidos y armónicos. Olor a azufre y desechos industriales pero
también a sábanas de seda, analgésicos y drones. Esto es, sirve para ambientar las bulliciosas y
oscuras calles de Blade Runner pero también para alimentar la nostalgia y el desasosiego de
sus interiores.

“I Let It And It Took Everything” es un disco notable que en cierto modo puede ser aceptado
como un ejercicio por superar el metalcore y presentárselo a la gente que no escucha
metalcore como algo disfrutable. Algo así como lo que hace DeafHeaven con el black metal. Y
la elección y la mención a DeafHeaven no es, de ninguna manera, gratuita. El tercer disco de
Loathe es una de las sorpresas del año.

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