THE WALKING DEAD. Reflexiones sobre el capítulo 6x04(Spoiler)
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Cuatro capítulos han hecho falta para que llegasen el sosiego y la reflexión a la sexta temporada de The Walking Dead. Es fácil pensar que la desilusión galopará a sus anchas por las vastas tierras de internet como siempre que a los guionistas de The Walking Dead les da por explorar la historia en solitario de alguno de los personajes de la serie. Este tipo de capítulos suelen ser más reflexivos además de una invitación a pensar. Aunque en cierto modo The Walking Dead también sea un producto que agita conciencias, triunfa más su lado "equipoAesco". O lo que es lo mismo, el público, en general, prefiere un cutre tiroteo y unas cuantas explosiones antes que un capítulo en el que reinen los silencios y se empuje al televidente a pensar.
La cuarta entrega de la sexta temporada fue el capítulo de Morgan, el que explica de dónde sale, tanto en lo físico como en lo ideológico. De la soledad, el shock y la enfermedad mental al equilibrio gracias a cuatro lecciones al estilo de Karate Kid. Primero, Morgan en la ciudad, solo, paranoico. Luego, Morgan en el bosque, solo y paranoico pero ajetreado intentando limpiar el universo de caminantes vivos y muertos. Esto hasta que encuentra a Tabitha (no confundir con Tabitha Stevens o Tabatha Cash) y a su particular maestro zen.
Entra en escena, tristemente para un solo capítulo, Eastman, un siquiatra forense vegetariano, uno de los personajes más sobrecogedores de la historia de la serie. Tirando de una historia con excesivas similitudes con la película argentina "El secreto de sus ojos", Eastman sufrió la pérdida traumática de dos hijos y su mujer a manos de un asesino sicópata que fue capaz de engañar a todo el sistema hasta quedar en libertad y poder así cargarse a la familia de Eeastman. Este acoge en su seno a un confuso Morgan que lo único que busca es matar. Limpiar. Y usando sus conocimientos en siquiatría y su lado zen trata de reconducir a Morgan a la luz. Pero antes, le confiesa su más terrible secreto, secuestró al asesino de su familia, lo metió en una celda y dejó que muriese de hambre. Cuando fue a entregarse a la ciudad la catástrofe walker ya había estallado.
Your favourite maxial arts are in The Walking Dead sixth season.
El capítulo se convierte en un debate moral entre la necesidad de mantener la firmeza y la cordura expuesta por Eastman y la postura de Morgan de rendición absoluta ante el descalabro de la civilización. Ambos personajes tienen similitudes ya que perdieron a sus familias y ambos estuvieron expuestos al mismo tipo de depresión. El discurso de Eastman recuerda al del biólogo chileno Humberto Maturana. Bondad humana, el ser humano no está hecho para matar ya que necesitamos de elementos externos que nos ayuden a matar con facilidad e interconexión entre seres humanos. El discurso de Morgan es prácticamente inexistente: estoy hecho una mierda, aguanto vivo que ya es bastante pero paso de plantearme nada, mato y limpio ya sea vivo o muerto.
Aunque el formato de capítulo de The Walking Dead obliga a que una pronta resolución del conflicto e incluso de la suerte del personaje de Eastman y todo puede resultar excesivamente acelerado, Morgan regresa del lado oscuro incluso cuando ya parece que no va a lograrlo. Un elemento manido dentro del guión clásico. Pero al final Morgan vuelve aunque el precio que hay que pagar es el de la pérdida de Eastman, un personaje que, con alguno de sus discursos, casi me hizo llorar anoche.
No solo muere Eastman, también muere Tabitha, la cabra de cuya leche esperaba producir queso. Entonces la serie vuelve al presente para devolvernos a Morgan frente a uno de los miembros de los Wolverine a quien quiere convertir como Eastman hizo con él. Y, curiosamente, este reacciona exactamente igual que Morgan en su día. El capítulo termina con alguien pidiendo que abran la puerta y sin contestar a la respuesta que todo el universo fan de The Walking Dead, o casi todo, se sigue haciendo a día de hoy: ¿Glenn sigue con vida debajo de esa basurera o no?
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