1. Tír na nÓg

 2025. FEBRERO.

Febrero estuvo mejor pero, ahora, ya no estoy escribiendo con un PILOT negro sobre folios blancos reciclados por una cara. Han pasado dos meses, más o menos, desde la última vez que escribí y, ante la falta de tiempo material para sentarme y escribir a mano, he decidido ser más directo y centrarme en los discos que han sido importantes a lo largo de estos meses. Ya habrá tiempo de volver a adentrarse en la catacumbas de la mente. 

Fíjate que durante enero profundicé en lo estéril de mi relación con las letras de la gran mayoría de los discos que he escuchado a lo largo de mi vida fuesen en el idioma que fuesen. Fíjate que abordé el HARDCORE WILL NEVER DIE BUT, YOU WILL de MOGWAI, como un disco mayoritariamente instrumental en el que, por fin, tu mente puede imaginar lo que le da la gana. Así que puede, una vez más, interpretar que la canción que inicia el disco parece evocar el despertar de una ciudad. Así que, por eliminación, por necesidad, por terquedad, WHITE NOISE puede ser definitivamente el retrato musical del amanecer en una gran ciudad en la que el capitalismo y la civilización, a partes iguales, hacen que la rueda siga girando sabiendo que esta rueda no se detiene jamás. 

De ahí que en un texto sobre el OK COMPUTER, de RADIOHEAD, confesase que en mi extraña mente AIRBAG era también el arranque de una gran urbe. Y bien, no lo era pero sí que eran, en cierto modo, el arranque, el nacimiento, la redefinición de algo. 

Sin embargo, aquí y ahora, escribiendo en digital, aporreando teclas para que marquen negro sobre blanco y prescindiendo por completo de la liturgia de finales de inverno y principios de primavera, toca centrarse otra vez en una pieza instrumental, oscura, densa y enigmática. 

T'ÍR NA NÓG, EP publicado por MARUJA, es como la luz de una farola que cae sobre un banco solitario en mitad de la noche: no embellece, no suaviza, simplemente revela. En sus 22 minutos de improvisación instrumental, la banda de Manchester despliega un viaje sonoro que transita entre el jazz libre, el post-rock, el ambient y el noise, con una crudeza que recuerda a GODSPEED YOU! BLACK EMPEROR o SWANS. 

Pero hay algo más: una sensación de déjà vu, como si ya hubiera caminado por este paisaje sonoro antes. Me recuerda a WHITE WARD, la banda ucraniana de black metal que también hace del saxofón un canal para la melancolía urbana. Esa misma tristeza que se posa sobre una papelera volcada o un banco vacío bajo la lluvia. La luz de una farola no alumbra otra cosa que la fatalidad que siempre parece estar ahí fuera.

Apuntar que este maravilloso EP no es un punto final, sino un umbral. El próximo 12 de septiembre, MARUJA publicará su esperado álbum debut, PAIN TO POWER, un manifiesto emocional y político que promete consolidar su lugar en la escena europea. Antes de eso, el 22 de agosto, estarán en el CANELA PARTY 2025, compartiendo cartel con bandas como DIIV, BLONDE REDHEAD, AMENRA, TROPIKAL FUCK STORM, los navarros TATXERS —con su mezcla de punk, post-punk y rock & roll en discos como Ezpatei Disdira! (2024)— y el estadounidense MJ LENDERMAN, que llega tras el aclamado MANNING FIREWORKS (2024) y nuevos sencillos como DANCING IN THE CLUB (2025), donde su country alternativo se vuelve más introspectivo y crudo que nunca.

En un festival donde lo absurdo y lo visceral conviven, MARUJA será esa farola que, incluso entre disfraces y ruido, sigue apuntando hacia lo que duele.