JUNKYARD, hard rock angelino de los 80 esta noche en el Kafe Antzokia de Bilbao.


Hoy. 22 horas. 18 euros. KAFE ANTZOKIA. Bilbao.




Eran feos. Eran gordos. Y sin embargo eran una de las decenas de next big thing que sobrevolaban la escena hard rockera de finales de los 80 y primeros de los 90 en Los Angeles, California. Y aunque no en todos los casos estaba justificado aquello de la próxima bomba en explotar, en el caso de Junkyard había material tangible para apoyar la tesis. Sabían escribir canciones. Sabían confeccionar discos redondos. Eran capaces de partir del farragoso y mil veces agitado terreno del hair/glam metal para adentrarse con elegancia y solvencia en otros nichos compositivos. Referencias a un hard rock más crugiente y con mayor presencia del riff y dejes sureños daban a su propuesta musical un aura de banda de cambio dentro de una escena que había repetido mil y un veces los mismos esquemas. Junkyard eran una banda de supervivientes amantes del rock n' roll con todas sus letras. Tipos relativamente normales que amaban un estilo de vida. Pero la vida los usó y los tiró. Tras dos discos entre lo destacable y lo memorable pese a que nunca salieran de la escena o del underground, les esperaba el tercer paso directo al estrellato. Sin embargo, la industria dio un giro, cambió. Dramáticamente, la verdad. La industria, vieja, cansada e igual de estancada que la escena musical hard rockera con toques glam vio en la potente escena underground estadounidense una mina de oro lista para explotar sin ninguna necesidad de invertir en recursos y herramientas. Y lo que desde los primeros ochenta había sido una carrera entre discográficas por buscar nuevas bandas y, a menudo, invertir en bandas desconocidas para convertirlas en superventas, se convirtió en una carrera por fichar a formaciones maduras y perfectamente hechas que habían coexistido en el subsuelo con la horda hard rockera de los ochenta. O más bien, que habían sufrido la dictadura de la laca y el spandex.





Así, "Smell Like Teen Spirit" supuso una bomba de napalm que arrasó el campo de batalla donde esperaban explotar las próximas bandas multiplatino de la escena hard rockera angelina. Allí, esperando su turno estaba Junkyard. Con un disco repleto de éxitos potenciales dispuesto a reventarlo todo como habían hecho Guns N' Roses en 1987 con "Appetite For Destrution" o en 1991 con "Use Your Illusion". O eso dice la historia o parte de los interesados historiadores. Porque lo cierto es que Guns N' Roses, un poco la coartada que para muchos justifica los 10 años de dicadura hard rockera de los 80, para 1991 ya habían demostrado que el hard rock bañado en laca necesitaba modernizarse y buscar nuevos espacios. No necesariamente buscar esos espacios en otros géneros como el caso de Junkyard, sino buscar un lenguaje propio que partiera del original pero que innovase.

Lo cierto es que la historia de Junkyard acabó con crueldad. Geffen, la discográfica que amparaba a Guns N' Roses y a los propios Junkyard, ejerció de vanguardia en la alternativización de la industria a golpe de fichaje/talonario y puso frente al mundo a Nirvana. Aquello acabó en terremoto, en el impacto de un meteorito, en virús invisible o en cualquier otra tesis que intente explicar la extinción de los dinosaurios. Geffen despidió a Junkyard en 1992 reforzando uno de los terminos más crueles del rock n' roll, el del disco en el cajón. Junkyard se quedaron sin contrato discográfico, la industria discográfica cerró las puertas al rock que había mandado en las listas durante más de una década y decenas de formaciones se quedaron en la calle como si fuesen muertos vivientes. En el caso de Junkyard, y otros en la escena como Vain o Rock City Angels, con el agravante de que tenían un disco listo que jamás vería la luz.

Segunda oportunidad.
Afortunadamente, existen las segundas oportunidades. Y Junkyard, aunque sea de una forma underground que roza ya lo folkórico en algunos casos, esta disfrutando de una segunda oportunidad. Pero claro, de una segunda oportundad que nada tiene que ver con lo que pudieron vivir y esperar entre 1988 y 1992. Disfrutar en directo de los temas recogidos en "Junkyard" y en "Sixes, Sevens & Nines" es una auténtica suerte más cuando muchos crecimos pensando que eso no iba a ocurrir nunca.

Esta noche en el Kafe Antzokia Dave Roach y los suyos, ha habido algún cambios de formación, volverán a entonar auténticos himnos del hard rock angelino como "Misery Loves Co.", "Hollywood", "Simple Man" y "All the Time in the World". Y quien quiera soñar, podrá hacerlo. Aunque nunca será lo mismo, será disfrutable.


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